El filántropo que logró más proyección internacional y
sostenibilidad de su obra humanitaria es, sin duda, el suizo Henri
Dunant, ya que fue el creador de lo que hoy conocemos como el Movimiento
Internacional de la Cruz Roja y la Media Luna Roja, que están presentes
en 187 países y han aliviado y alivian el sufrimiento de millones de
personas --en guerras, desastres naturales, epidemias y otras
calamidades-- sin importar el bando en que se ubiquen en un conflicto
determinado, su religión, su raza, su etnia u otra particularidad.
Precisamente
hoy se conmemoran en nuestro país los 75 años de fundación de la Cruz
Roja Hondureña, que forma parte de ese gran movimiento internacional de
voluntariado que nació de los horrores de la guerra y del abandono de
los soldados heridos, observados por su fundador en Italia, en 1859.
La
Cruz Roja hondureña ha hecho grandes aportes tanto en los momentos más
difíciles, ya sea por los conflictos sociales o los desastres naturales
que han sido una constante en nuestra historia, como en despertar en la
niñez y en la juventud la solidaridad humana que nos obliga a ayudar a
los más necesitados.
A los trabajos de socorro, la Cruz
Roja también suma la eficiencia de su estructura organizacional, que
colabora con diferentes instituciones públicas y privadas, gracias a la
cooperación nacional e internacional, en materia de salud, educación y
prevención ante la vulnerabilidad, etc.
Gracias a ese
trabajo tesonero, a una administración eficiente y honesta, la Cruz Roja
Hondureña, presidida desde 1982 por doña Meneca de Mencía, cuenta con
el respaldo de sus homólogas de los países subdesarrollados y del resto
de la cooperación internacional y nacional, así como con el cariño y la
contribución de gran cantidad de hondureños que ejercitan allí el
voluntario de diversas formas.
La creciente
vulnerabilidad ante los desastres naturales, la crisis económica y la
inseguridad en general elevan cada vez más los retos de la Cruz Roja,
pero en la medida en que mantenga o mejore su capacidad administrativa,
organizacional y de atención, también aumentarán la confianza y el apoyo
de cooperantes y voluntarios nacionales e internacionales.
Los 75 años transcurridos desde su fundación en Honduras han sido de éxitos, y no dudamos que los venideros lo serán aún más.
¡Felicidades cruzrojistas hondureños!
¡Felicidades cruzrojistas hondureños!
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